Fue el primer coche diseñado por Adrian Newey para el equipo[1] y usó motores Renault RS27, luego de que el contrato con Ferrari fuese transferido al equipo Toro Rosso.
Debido a que los equipos no diseñaban sus autos ellos mismos, tanto Williams como Spyker creían que ello era una violación al Acuerdo de la Concordia de Fórmula 1.
La FIA sin embargo declaró que los autos estaban dentro del reglamento para el 2007.
Gerhard Berger, Christian Horner y otros integrantes del personal de Toro Rosso y Red Bull Racing también habían declarado que los coches con los que iban a competir eran legales, y que las operaciones que habían llevado a cabo (dos autos compitiendo con el mismo chasis, diseñado por Red Bull Technology) eran legales.
Sin embargo, tal como ocurría en McLaren, la escasa fiabilidad y problemas mecánicos obstaculizaron a los pilotos en numerosas ocasiones.