El coche fue rápido pero no confiable en las pruebas y mientras Kimi Räikkönen usó el monoplaza lo mejor que pudo en la primera parte de la temporada, Juan Pablo Montoya inicialmente tuvo problemas para familiarizarse con la configuración y técnica de conducción inusual que el coche requería sobre el chasis Williams al que estaba acostumbrado.
Sus suplentes para esas 2 carreras, Pedro de la Rosa para Baréin y Alexander Wurz para San Marino terminaron quintos (incluyendo la vuelta más rápida) y terceros respectivamente.
El colombiano finalmente se conformó con el auto y anotó tres victorias y varios podios.
El finlandés ganó siete carreras y estaba en condiciones de ganar al menos otras tres, pero la falta de fiabilidad del coche le costó el título, mientras que Montoya también sufrió problemas de confiabilidad que le costaron una potencial victoria en Hungría y un posible podio en Francia y China.
El desarrollo continuo durante todo el año hizo que el MP4-20 sea el coche más rápido en la Fórmula 1 desde mediados de temporada, como se vio por la cantidad de pole positions y vueltas más rápidas acumuladas por Räikkönen y Montoya.