[3] Basado en propiedades estructurales y funcionales, se han descrito tres tipos de receptores para que el TGF-β lleve a cabo su señalización:[1] Algunos investigadores han propuesto que existen dos receptores adicionales que son el tipo IV (RTGF-β4) de 60 kDa y el tipo V (RTGF-β5) con 400 kDa, identificados solo en células pituitarias.
[1] Adicionalmente, se ha identificado un heterodímero del TGF-β1.2 en plaquetas porcinas.
[4] El factor de crecimiento transformante β (TGF-β) es el ligando del está implicado en un tipo de mensajería celular conocido como señalización paracrina y se puede encontrar en muchos tipos de tejidos diferentes, incluyendo el cerebro, corazón, riñón, hígado, y los testículos.
La activación del receptor del TGF-β conduce a su propia fosforilación en ciertos residuos de serina/treonina e inicia la fosforilación consecuente de proteínas efectoras intracelulares que, una vez activas se translocan al núcleo celular para inducir la transcripción de genes blanco, y así regular procesos y funciones celulares.
[1] La sobreexpresión de TGF puede inducir fibrosis renal causando enfermedad de riñón, así como diabetes, y finalmente enfermedad renal crónica (ESRD).