Real Fábrica del Salitre de Murcia

Construida en la antigua calle de la Acequia (actual calle Acisclo Díaz) situada en el viejo arrabal de la Arrixaca junto a la acequia Mayor Aljufía.

Tras las desastrosas consecuencias que tuvo en Murcia la riada de San Calixto (1651) y con el fin generar riqueza que sirviera para ayudar a la recuperación de la ciudad, Felipe IV emitió una real orden el 13 de julio de 1654 para construir una Real Fábrica en terrenos adquiridos a la Iglesia, proyecto que le fue encomendado al arquitecto Melchor de Luzón.

Entre 1765 y 1767 se realizaron obras en el complejo que dieron lugar a nuevas edificaciones como la del actual pabellón central.

Aun así, desde 1869, la fábrica no solo se dedicaría a su clásica actividad de refino de salitre, sino también a la carbonización de agramizas para la elaboración de carbón vegetal, por lo que diez años después se modernizaron las infraestructuras, adquiríendose hornos y chimeneas.

Mientras que los tres primeros fueron rehabilitados y cedidos para sus actuales usos, estando todos dentro del parque público, el que fue pabellón central y el terreno adjunto que en tiempos acogió el jardín de la fábrica, al acabar como propiedad privada, se encuentran fuera del recinto del jardín del Salitre y en un lamentable estado de abandono a pesar de su protección en el Plan Especial del Centro Histórico Artístico de Murcia (PECHA).