[3] Esta situación cambió a principios del siglo XVI cuando fija su residencia en Santiago de Compostela.
Estudios recientes han demostrado que en 1511 la institución ya residía de forma estable en dicha ciudad, concretamente en la ubicación sobre la que hoy se encuentra la Capilla General de Ánimas.
Su traslado a La Coruña se ordenó mediante Real Cédula emitida el 14 de agosto y forma parte de las decisiones adoptadas por la Corona para fortalecer la ciudad costera como baluarte militar en la costa atlántica, así como para evitar conflictos con el poder Arzobispal asentado en Santiago.
La ciudad costera ha sido su lugar de residencia con la única interrupción del período comprendido entre los años 1825 y 1832 en que por azares de la política la institución volvería a Santiago.
[6] Diversos autores han apuntado la importancia que el establecimiento de esta institución en La Coruña tendría para su desarrollo.