El oleaje va socavando la base del acantilado, lo que provoca posteriormente el derrumbe de la parte superior, en un proceso continuo que hace retroceder la pared rocosa, pero sin afectar a la zona por debajo del nivel de la marea baja.
Esta disposición favorece el retroceso, ya que la erosión sobre las capas blandas deja aisladas y debilitadas las capas duras, que así son erosionadas más fácilmente, pero a la vez la existencia de las rocas duras protege a las blandas por debajo del nivel de la marea, ya que de otra forma no se daría origen a la rasa.
Debido a que la rasa mareal queda al descubierto durante la marea baja, se genera una importante riqueza biológica donde abundan los crustáceos, algas, etc.
Usando métodos científicos de fechado, o examinando fósiles marinos que se encuentran en las plataformas, es posible determinar cuando se formó la plataforma, brindando a geógrafos y geólogos información sobre niveles del mar en tiempos pasados.
Este método ha sido usado en Reino Unido y otras áreas previamente cubiertas por glaciares para calcular la velocidad en la que el terreno se eleva ahora que ya no está cubierto de hielo.