Las piezas bucales están dirigidas hacia delante, y las hembras tienen un aparato ovipositor largo.
Como dato curioso, los representantes fósiles de rafidiópteros en ámbar del Cretácico en la península ibérica son sorprendentemente elevados.
Por lo que respecta a su distribución actual, los rafidiopteros únicamente se encuentran en la región Holártica del hemisferio Norte.
En las regiones septentrionales con temperaturas moderadas pueden aparecer desde el nivel del mar hasta el piso alpino, mientras que en zonas templadas moderadas, como por ejemplo la Asia Central, Oriental y sur de México, están aislados en altitudes más elevadas, pudiendo alcanzar incluso los 3.000 metros en algunas regiones.
El color del pronoto es mayorente de color negro, aunque pueden llegar a presentar los bordes del pronoto con tonos amarillentos o incluso manchas pardas-amarillentas en aquellos puntos donde se insiere la musculatura.
La zona ventral se caracteriza por presentar las coxas muy próximas entre sí, formando una invaginación central.
Como característica importante, el tercer tarsómero se encuentra fuertemente ampliado, y presenta una forma de corazón.
Además, está densamente poblado en su cara ventral con setas glandulares formando un órgano de fijación.
La membrana hialina, a excepción de ciertas zonas más pigmentadas en la base, aunque no se pueden observar manchas.
Las alas, que se pliegan sobre el abdomen en forma de tejado, son transparentes y poseen un pterostigma (una mancha oscura en el margen dorsal cerca del ápice) bien diferenciado y una venación en forma de retículo.
Las hembras se caracterizan por tener un ovipositor largo, mientras que el resto de escleritos genitales son poco llamativos y específicos.
Una vez son adultos, se considera que apenas están amenazados por depredadores, puesto que durante el día son muy activos y se mueven de forma rápida sobre la vegetación, no sobre zonas más expuestas, y durante la noche no son activos y pueden pasar fácilmente inadvertidos.
En este primer estadio larvario, las larvas permanecen unidas, y no muestran gran movilidad, sino que frecuentemente mordisquean las cubiertas de los huevos.
Los siguientes estadios varían según la especie, edad, la cantidad de alimento disponible y de la temperatura, durando desde unas pocas semanas hasta varios meses, pero a medida que la fase es más avanzada, los intervalos entre una muda y la muda posterior se van haciendo cada vez más largos.
Inicialmente, la pupa mantiene la misma posición que la prepupa, pero reacciona a estímulos externos mediante movimientos pendulares o mandibulares.
Generalmente, la mayoría de los imagos emergen durante la primavera, principalmente entre mayo y junio.
Los adultos son depredadores; cazan al acecho gracias a la gran movilidad de la cabeza y el protórax; vuelan solo en cortos tramos y se refugian entre la vegetación; son de actividad diurna.
En ambos sexos la actividad es diurna, principalmente en días cálidos, soleados y claros (en los días nublados reducen claramente su actividad), donde se pasan la mayor parte del tiempo buscando alimento, pareja y un buen lugar para poner los huevos.
Durante la noche son totalmente inactivos y generalmente no se ven atraídos por la luz artificial.
A esto se le añade que sólo aparecen durante el final de la primavera y el verano, y cuando emergen lo hacen de manera concentrada entre ellos y únicamente dentro de los biotopos adecuados para su desarrollo (principalmente en bosques), que son zonas muy pequeñas geográficamente, a lo que se añade su escasa capacidad de dispersión debido a que realizan vuelos muy cortos y se mueven exclusivamente sobre la vegetación, nunca sobrevolando áreas despejadas.