Ramón de Baños

No fue hasta principios del siglo XX cuándo Ricardo empezó a intervenir en tareas como productor cinematográfico en la productora barcelonesa Hispano Filmes, entonces la más importando de toda la todavía débil industria catalana y española, mientras que Ramón aprendió a utilizar la cámara cinematográfica, empezando a rodar sus primeras películas documentales, las cuales le empiezan a dar un cierto renombre entre los aficionados y profesionales, recibiendo elogios del mismo Fructuoso Gelabert.

Gracias al éxito de estos primeros documentales, en 1911 fue llamado a trabajar en Brasil, contratado por un importante empresario[¿quién?]

Lo que parece claro es que Ramón de Baños tuvo siempre la responsabilidad final del aspecto estético visual de las películas, firmante como director de fotografía, firmando tres largometrajes como director en solitario: Carmen o la hija del contrabandista (1911), El padre Juanico (1923) y El acero libertario (1937), esta última sonora.

Éste fue el film del cual los dos hermanos se sintieron más orgullosos, tanto a nivel artístico cómo económico.

El cierre progresivo de las empresas del sector desplazó la industria audiovisual en dicha década a Valencia y Madrid.