Por este motivo se aconsejó ahorrar combustible y las autoridades europeas prohibieron todo tipo de carreras automovilísticas.
En la tercera plaza se clasificó el noruego Leif Vold-Johanssen, muy acostumbrado a la nieve y que disputó la carrera con un DKW 1000.
Cuartó finalizó el alemán Löffter, que había partido desde la ciudad de Lisboa con un Volvo PV 544 y quinto el holandés Maurice Gatsonides con un Triumph TR3A descapotable, este saliendo desde La Haya.
En sexta posición se encontraba el británico Peter Harper con un Sunbeam Rapier y séptimo el alemán Carl Spjuth con un Alfa Romeo Giulietta, ambos partieron desde la ciudad de Oslo.
Tiempo después Renault donó el Dauphine al príncipe Rainiero y en la actualidad es una pieza de museo.