Se ha casado con la pianista Florine Baer, ha cambiado su apariencia física y ha hecho realidad sus aspiraciones aristocráticas: firma Pasaje de la poesía como «Marqués de Villanova», título que ya antes había utilizado esporádicamente.
Sus libros se convierten fundamentalmente en lujosas autoediciones destinadas a presentarle como un abanderado de la vanguardia española.
En el prólogo a la traducción italiana de Prestigios, aparecida en 1944.
Anna Bonetti escribió: «A Villanova (Rafael Lasso de la Vega) se le debe toda la poesía moderna española y no se puede negar que él solo ha abierto la puerta a los renovadores».
Las manos extendidas al aire recogen este aliento que vibra.
Aquello que es profundo ama el silencio de los signos.
El mundo pesa mucho imán que tira de los nombres.
Las frases atan como el hierro y la tierra abruma los hombros de la Humanidad.
Que os libertéis canta la rana peluda entre la yerba fresca de rocío.
Los teatros, las redacciones, los cafés son peluquerías confortables con todos los adelantos modernos.
La turbamulta romántica se lamenta de pasiones que no sintió nunca.
Y desnudos nos bañamos al sol que estalla bajo todos los meridianos.