El movimiento dadaísta se originó en Zúrich durante la I Guerra Mundial y en contra de esta;[3] Tzara (llamado también Izara) escribió los primeros textos dadaístas — La Première Aventure céleste de Monsieur Antipyrine («La primera aventura celestial del señor Antipirina», 1916) y Vingt-cinq poèmes («Veinticinco Poemas», 1918), así como los manifiestos del movimiento: Sept manifestes Dada («Siete manifiestos dadá», 1924).
[5] Hacia fines de 1929 se embarcó en el recién inaugurado movimiento surrealista de André Breton, Louis Aragon y otros autores; dedicó grandes esfuerzos a intentar conciliar las doctrinas filosóficas nihilistas y sofisticadas del movimiento con su propia afiliación marxista.
[7] Su obra de la época es característicamente compleja, aunque más convencional que en su juventud; en ella destacan Parler seul («Hablar solo», 1950) y La face intérieure («El rostro interior», 1953).
[15] Precursor inmediato del Absurdismo, fue reconocido como mentor por Eugène Ionesco, que se basó en sus principios para sus primeros ensayos de crítica literaria y social, así como en farsas trágicas como La soprano calva.
[18] En Estados Unidos, el autor rumano es citado como influencia para los miembros de la Generación Beat.
[19] Este último también mencionó el uso que hacía Tzara del azar al escribir poesía como un ejemplo temprano de lo que se convirtió en la técnica del cut-up, adoptada por Brion Gysin y el propio Burroughs.
El antiguo situacionista Isou, cuyos experimentos con los sonidos y la poesía se suceden a los de Apollinaire y Dadá,[23] declaró que su letrismo era la última conexión del ciclo Charles Baudelaire-Tzara, con el objetivo de disponer "una nada [...