En 1961, continuó su peregrinar en calidad de diplomático; estuvo destinado en Honduras, Perú, Filipinas, Japón y Suiza, donde falleció.
Trabajó también como periodista de radio y televisión, colaboró en numerosos medios de la prensa escrita e incursionó en el cine como productor y haciendo algunas adaptaciones.
Además de novelas policiacas, Bernal escribió cuentos, poesías, teatro, historia; también realizó algunas traducciones.
[1][2][3] A pesar del talento que le reconocen críticos y lectores, de que El complot mongol, su libro más conocido, es considerado una obra de culto y pieza fundadora de la novela negra en México, su vida y trabajo en general son poco conocidos.
Algunos autores consideran que lo anterior es producto de sus primeros escritos, de tinte antirrevolucionario y su pertenencia por algún tiempo en el Partido Fuerza Popular, heredero del sinarquismo, movimiento nacionalista, católico y anticomunista.