Se puede pensar en el núcleo de combustible como un repositorio del cual se puede extraer la energía calorífica a través del proceso de reacción nuclear en cadena.
El RBMK dispone de una máquina que puede cambiar el combustible cargado, mientras el reactor sigue produciendo energía.
El agua ordinaria (ligera) absorbe neutrones de modo razonablemente rápido, y por tanto, al retirar agua del núcleo (como sucede cuando entra en ebullición y es sustituida por vapor) tiende a incrementar la tasa en la que se realiza la reacción nuclear.
A esto se le llama un "coeficiente de vacío positivo".
Sólo el re-diseño de los elementos combustibles podría mejorar dicha situación.
El diseño del RBMK incluye varias clases de blindajes, que se necesitan para el funcionamiento normal.
Desgraciadamente, en el accidente de Chernóbyl, cuando la presión subió lo suficiente, la cubierta reventó, rompiendo todas estas conducciones superiores.
Este botón insertaba todas las barras de control a la vez, en condiciones normales y alta potencia el reactor lo podía soportar, pero ese día estaban haciendo una prueba a baja potencia.
Cabe mencionar que un reactor RBMK, a baja potencia se vuelve más inestable, y dado que el grafito aumentaba momentáneamente la reactividad en el núcleo, la inserción de todas las barras de control al mismo tiempo resultó ser una combinación fatal.