La ciudad de Visaginas fue construida para alojar a la gente que trabajara en dicha planta.
Algunas sociedades y entidades ambientales mostraron su preocupación porque el lago es demasiado pequeño para una planta de gran tamaño y dicen que la temperatura media del cuerpo acuífero aumentó en algunos grados.
Lituania junto a Francia son los países más dependientes de la energía atómica.
El cierre de la planta hizo frente a la feroz oposición del pueblo lituano.
Para compensar esto, se comenzó un proyecto para incentivar el turismo y promover otras clase de pequeñas empresas y así diversificar sus ingresos, que aunque mejoraron la economía local, nunca mejoró la global.
Según el primer ministro Gediminas Kirkilas, el reparto sería concluido a mitad de 2008, con la operación comenzando en 2015.