Se trata de un río transfronterizo, pues su cuenca abarca tres países: Guatemala, Honduras y El Salvador.
Los embalses de las represas son lagos artificiales que modifican el entorno, transformando valles y cañones en parajes lacustres.
Estos nuevos ambientes se han vuelto hábitat de diversas especies acuáticas y aves.
El embalse Cerrón Grande ha sido aceptado por diversas especies migratorias de aves como un santuario, seleccionando islas para anidar que antes no figuraban en sus recorridos a través del continente.
En este embalse es posible observar diversidad de aves migratorias y residentes como: el pato cuché (Phalacrocorax brasillianus), la garza nocturna (Nycticorax nictycorax), la garza blanca (Ardea alba), la urraca (Colocitta formosa), el garzón (Ardea herodias) y el pijuyo (Crotophaga sicirostris).
Este río actualmente se encuentra contaminado por arsénico, un metal y elemento químico de la tabla periódica (AS).