En el curso de la misma fue asesinado por la policía, el estudiante Víctor Villalba, crimen que quedó impune.
El estallido se originó en la confluencia del paro activo realizado el 21 de junio por el Frente Estatal que agrupaba a los sindicatos del sector público y una movilización estudiantil contra la falta de plazas en el comedor universitario.
El día domingo 25 tres integrantes del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, los padres Amado Dip, Juan Ferrante y René Nieva, realizaron una multitudinaria misa por Villalba, en la calle frente a la Quinta.
Recuperada la Quinta, el Ejército dispuso allanar las viviendas vecinas para detener a quienes hubieran participado o apoyado la insurrección.
El hecho produjo un nuevo brote insurreccional de los vecinos, que procedieron a ocupar unas cincuenta manzanas del barrio La Ciudadela.