La primera información del queso de Mallorca aparece en el siglo XXXIII con el envío en Montpellier y Marsella de XX quarterias te duas rovas te medie caseorum.Era un queso curado que llegaba a los puertos de Barcelona y Valencia en forma de piezas redondas que pesaban entre una y dos libras.Vinyoles menciona las siguientes especialidades culinarias en las cuales se documenta el uso del queso de Mallorca:[1] El queso mallorquín se puede comercializar durante un periodo muy prolongado hasta los 12 meses o más.La pieza de queso mallorquín es más bien pequeña, mide unos 6 x 15 cm, con un peso entre 500 y 1500 gramos.El curado se lleva a cabo en locales frescos durante unos dos meses.Se tiene que consumir durante el primer mes después de su elaboración.La curación se realiza en lugares frescos durante dos meses aproximadamente.Cuando el queso está seco, se unta la corteza con mezclas en base de óleo.Aporta calcio, fósforo, magnesio, cinc, hierro, sodio, potasio y selenio, además de vitaminas (A, B1, B2, B3, B12, D, E, K y ácido fòlic).