Los pescadores trabajaban durante 3 o 4 meses de manera intensa en las islas y fiordos de la zona, pero con el pasar de los años los únicos asentamientos que finalmente se convirtieron en algo más, fueron Puerto Gala y Puerto Gaviota, gracias a gestiones gubernamentales y principalmente gracias al sacerdote italiano Antonio Ronchi, impulsor de generar instalaciones mínimas, tales como escuelas, consultorios y pasarelas.
Otros primeros colonos eran delincuentes que temían la tortura o la muerte por parte de las autoridades.
La sobreexplotación llevó finalmente al gobierno a prohibir la pesca del bacalao.
La prohibición provocó el desempleo y el regreso a Chile continental de algunos colonos.
Puerto Gaviota no está conectada por vía terrestre, solo es posible acceder vía marítima a través de transbordador de Naviera Austral desde Quellón (16 horas), Puerto Cisnes (2,5 horas) y Puerto Chacabuco (6 horas).