Puerta de Núremberg (Forchheim)

La fortaleza es recordada por su gran efectividad durante la guerra de los Treinta Años, habiendo repelido en múltiples ocasiones los intentos de las tropas suecas de hacerse con la ciudad y, con ella, con la región entera[3]​ (motivo por el que fue apodada en su día «el último bastión» del norte bávaro).

[6]​ Las cabezas de tres bestias están representadas directamente encima de las tres aberturas —la principal y las laterales (más pequeñas)—.

Dos pequeños pasillos laterales flanquean la puerta, actualmente cubiertos de vegetación.

Los patios y demás partes de la muralla adyacentes a la puerta han desaparecido con los años, al igual que el revellín que protegía el acceso directo a la puerta principal (que estaba integrada en él).

Con ello, la puerta de Núremberg ha quedado como una estructura independiente y separada de otros monumentos del casco antiguo.