Fue construido hacia la segunda mitad del siglo XV, formado originalmente por cinco arcos ojivales; de éstos, el más cercano al pueblo era el canal que llevaba agua al molino.
Debido a las frecuentes y cuantiosas crecidas del río que se producían con asiduidad hasta que se reguló su caudal con el embalse de Alcorlo, el puente ha necesitado de varias reparaciones.
Antiguamente pasaba el agua por tres de sus cinco ojos, sin contar el del canal, pero hoy lo hace solo por uno y el ojo más alejado del pueblo es por donde pasó otro canal que recoge el agua que ha servido para alimentar la turbina de la fábrica de harinas situada poco más arriba.
Se levantaron los ojos de los extremos, quedando el camino que iba sobre el puente a nivel horizontal y creándose también la carretera que pasa bajo palacio, con lo que la salida del puente daba a dicha carretera y a la cuesta de entrada al pueblo.
Así adquirió su aspecto actual, teniendo hoy sus cinco arcos de medio punto, siendo los dos laterales menos amplios que los centrales.