Puente del Tunkuwini

En la noche del 5 de octubre de 1999, durante el fenómeno meteorológico que provocó una crecida inusual del río Cempoala se derrumbó y no volvió a ser reconstruido.

El puente constaba de solo dos arcos, un pilar empotrado en una roca en la margen derecha del río, con contrafuertes que a su vez protegían el pilar de la corriente, que levantaba los 2 arcos a más de 30 m sobre el nivel normal del río.

Cuenta la gente que hubo muchos intentos por construir un puente en la zona del Tunkuwini, sin embargo debido muchos factores tales como la lejanía del lugar, el clima y el relieve, no habían podido construir un puente suficientemente fuerte que soportara la inclemente crecida anual del río Cempoala y se caía frecuentemente, en algunas ocasiones incluso antes de que pudiese operar.

Una vez que invocó al demonio, este, en su habitual forma de macho cabrío, apareció ante el párroco, y sabiendo el deseo de este, le ofreció inmediatamente construir un puente en la zona del Tunkuwini, robusto y que soportaría los embates de la corriente del río y del mismo tiempo.

El sacerdote, un tanto perspicaz, aceptó mañosamente el trato, pues en su mente y sin haberlo dicho ni en voz baja –puesto que las paredes oyen-, había urdido un plan.

Un par de horas más tarde, jinete, mula y gallo llegaban al punto donde había acordado el primero que debería hacer un puente su contratista.