Según la leyenda, durante la Edad Media se decidió ponerle el nombre del primero que lo atravesara; nadie supuso que el primero sería un ciervo de los bosques cercanos, y por ello se conoció desde entonces como el puente del ciervo.
Sin embargo, mucha gente de Písek prefirió con el tiempo llamarlo puente viejo.
Después de su construcción, el río fue trasladado al nuevo cauce artificial, que pasaba por debajo del puente.
Durante la restauración siguiente, el puente fue asegurado tecnológicamente contra futuras inundaciones.
Se reforzó el puente con estructuras armadas de hormigón y acero.