Las propuestas ganadoras del concurso fueron hechas por los arquitectos Miguel Echauri Corona y Álvaro Morales de la empresa Metroarquitectura.
La única parte de la estructura que, por razones técnicas, debe ser sólida es la del tramo suspendido, porque es la única que está colgada y debe soportar la obra en un solo cuerpo, sin embargo su sombra no afecta la zona arbolada, pues por debajo predomina la calle.
El diseño del puente Matute Remus es tan amigable y armónico que puede disfrutarse incluso al levantar la vista mientras se camina o transita por debajo, ya que cuenta con una atractiva estructura visible a cielo raso, a diferencia de la mayoría de las obras públicas que descuidan el espacio inferior de los puentes.
Su estructura moderna mejora la imagen urbana, al mantener el cableado oculto, y recupera espacios de convivencia.
Sólo se unen con un tramo atirantado de 165 metros que hace funcionar todo el sistema como una misma unidad.
Los tirantes son un poliducto de alta densidad en cuyo interior se encuentran cables galvanizados, están diseñados para cumplir con las normativas vigentes.
Soportan 340 toneladas y poseen una doble protección anticorrosiva que asegura la durabilidad mínima de 40 años.
En cambio en la concepción del Matute Remus al separar el tablero de los apoyos es posible implementar amortiguadores anclados a tierra.
[4] Varias organizaciones ciudadanas y vecinos se opusieron a la construcción de este puente.
El proceso de sociabilización, emprendido por iniciativa del gobernador Emilio González Márquez para asegurar la aceptación y aprobación del Puente Matute Remus por los jaliscienses, fue una acción de gobierno sin precedente en el estado.
La estrategia de sociabilización que acompañó el proceso constructivo del puente ofreció información actualizada a la ciudadanía, abrió los espacios vitales para el diálogo con la gente, logró los acuerdos necesarios para el desarrollo de la obra y enlazó competitivamente los órganos de gobierno en un complejo trabajo.