Pueblo Motilón-Barí
Los Motilones-Barí, también llamados Barís, Motilones «o por su singular: Motilón» o Dobocubis, son un pueblo amerindio que habita en las selvas Catatumbo, a ambos lados de la frontera entre Colombia y Venezuela y habla barí, un idioma de la familia lingüística chibchense.El obispo de Mérida quitó a los capuchinos la jurisdicción sobre los cinco poblados que aún quedaban en 1817.Aunque con la excepción del poblado de El Pilar, todos los demás fueron abandonados desde entonces, las relaciones entre barís y criollos fueron pacíficas hasta 1882 cuando las tensiones con los hacendados provocaron enfrentamientos que se agravaron desde 1885.Los capuchinos regresaron enviados por el gobierno de Colombia desde 1910, y en 1914 un obispo visitó a los barís.[5][6] En el siglo XXI los barís están nuevamente amenazados por los intereses de las empresas mineras en Venezuela, que aspiran a ampliar las explotaciones de carbón y por las empresas petroleras que desde Colombia desarrollan nuevas exploraciones y explotaciones en su territorio.Se establecen por unos diez años en un sitio escogido cerca de ríos abundantes en pesca, en zonas no inundables.Cultivan, en campos en los alrededores de las casas comunales, yuca, batata, plátano, zapallos, maíz, ñame, piña, caña de azúcar, cacao, algodón, achiote y ají, cazan aves, monos, el pecarí, la danta y roedores.De las siguientes piñas cortadas surgieron los primeros ñatubai que aprendieron a construir las malokas y les fueron asignados sus respectivos territorios.Las otras etnias (yukpa, wayúu, blancos y negros) y ciertos seres perjudiciales para los barís, se conciben como surgidos de la ceniza de Sibabio una anciana que tras devorar a su nieto fue quemada por el padre del niño.