Análisis clínico
Esta prueba forma parte del proceso de atención al paciente.Es solicitada por un médico al laboratorio clínico y sirve para confirmar o descartar un diagnóstico, detectar anomalías u obtener la información necesaria para aplicar un determinado tratamiento o cualquier otro procedimiento terapéutico.Al realizar un análisis clínico siempre se tienen en cuenta ciertas características propias de cada prueba diagnóstica; como son: la especificidad, la sensibilidad, el valor predictivo, la exactitud, la precisión y la validez (analítica, clínica y útil de dicha prueba), así como la preparación y recogida de la muestra o el rango de referencia.[4] Actualmente, en los laboratorios imperan los analizadores clínicos automatizados, computarizados y especializados en diferentes campos analíticos como hematología, como hemograma, bioquímica clínica, urianálisis, microbiología, y genética entre otras.Los exámenes electrónicos, de radioinmunoanálisis, y métodos enzimáticos han permitido dosificar con gran exactitud cantidades pequeñas como nanogramos, microgramos o picogramos, esto hace posible la determinación de marcadores tumorales, identificación de anticuerpos, y dosificaciones hormonales.Estos analizadores clínicos y los kits de reactivos son, en general, producto sanitario para diagnóstico in vitro.