Gran parte del suelo está conformado por escombros, incluso en las laderas, las que son muy susceptibles a la erosión.
Los Distritos de mayor latitud son más húmedos, con nieve persistiendo casi todo el invierno.
Con acumulados anuales sobre los 400 mm domina la estepa de tolillas (Fabiana densa) y la chijua (Baccharis boliviensis), a las que acompañan: Baccharis incarum, Anthobryum triandrum, Colletia spinosissima, Chersodoma argentina, Oreocereus trollii, Opuntia soehrensii, Parastrephia lepidophylla, Bouteloua simplex, Eragrostis nigricans, Muhlenbergia peruviana, Portulaca rotundifolia, Portulaca lepidophylla, Adesmia horrida, Aristida amplexifolia, Aristida pubescens, Hypochoeris meyeniana, Conyza artemisiaefolia, Trifolium amabile, Festuca densa, Festuca weberbaueri, Festuca crysophylla (en suelos con mucho sodio), Stipa ichu (en suelos de bajo sodio), etc.
En afloramientos rocosos destacan: Adesmia cytisoides, Gutierrezia gilliesii, Bacharis polifolia, Verbena asparagoides, etc.
Las orillas aluviales de los arroyos presentan prados o vegas, llamadas localmente bofedales, muy ricos en especies vegetales, destacando: Scirpus atacamensis, Plantago tubulosa, Hypsela oligophila, Rockhausenia pygmaea, Hypochoeris stenocephala, Alchemilla pinnata, Sysyrynchius, Festuca, etc.