Protoplasto, del griego antiguo πρωτον (primero) + πλασσειν (moldear), inicialmente la palabra se refiere al primer cuerpo organizado de una especie.
[3] Son mantenidos en medio de cultivo celular que permitan nutrir adecuadamente la célula; esto contempla el suministro de macronutrientes y micronutrientes, incluyendo moléculas orgánicas que sean necesarias, como vitaminas.
Estas células, al carecer del refuerzo mecánico que otorga la pared celular, quedan más proclives a destruirse por diferencias de presión osmótica con respecto al medio.
Al estar desprovistos de pared, es más fácil introducir ADN exógeno en los protoplastos, que en las bacterias o células vegetales íntegras.
Para ello se usa una técnica conocida como fusión de protoplastos, en la que protoplastos de diferentes plantas se fuerzan a fusionarse para generar tejidos híbridos.