[1] Fue desarrollado por primera vez para el Proyecto Orión por la DARPA, por una sugerencia de Stanislaw Ulam en el año 1947.
[2] Diseños más nuevos que usan la fusión por confinamiento inercial han sido la base para la mayoría de los diseños posteriores a Orión, incluyendo al Proyecto Daedalus y al Proyecto Longshot.
Su extremadamente alta velocidad incluso permitiría que un lanzamiento tardío fuera exitoso y el vehículo podría efectivamente transferir una gran cantidad de energía cinética al asteroide simplemente chocando con este y en el caso de un inminente impacto de un asteroide una pocas muertes inevitables producidas por la lluvia radiactiva probablemente serían consideradas un costo aceptable.
También, una misión automatizada eliminaría los temas más problemáticos del diseño, los amortiguadores de choque.
Una docena de científicos e ingenieros liderados por Alan Bond trabajaron en este proyecto.
El resultado es un plasma caliente y una muy pequeña "explosión" comparada al tamaño mínimo que sería requerido para crear una cantidad necesaria de fisión.
Para Daedalus, este proceso era realizado al interior de un gran electroimán que formaba el motor del cohete.
Una nave espacial Medusa desplegaría una gran vela adelante de ella, amarrada con cables y luego lanzaría explosivos nucleares adelante de ella para detonarlos entre sí misma y su vela.
[7] Longshot en algunas formas fue un desarrollo del concepto básico de Daedalus, este utilizaba un ICF canalizado magnéticamente como un cohete.
La diferencia clave era que ellos creían que la reacción no podría alimentar tanto al cohete como al resto de los sistemas, e incluía un reactor nuclear convencional de 300 kW para hacer funcionar a la nave.
Mientras que la masa crítica "normal" del plutonio es de aproximadamente 11,8 kilos, con reacciones catalizadas con antimateria esta podría ser bien bajo un gramo.
El metal caliente, ionizado es expulsado por una tobera magnética de cohete a alta velocidad (hasta 30 km/s).