Empezó sus estudios en 1716 en un colegio jesuita, ubicado en una abadía en la ciudad de Louka.
En 1753, murió el profesor ruso Jorge Wilhelm Richmann a causa de su calcinamiento por un relámpago al intentar medir la intensidad del campo eléctrico de la atmósfera.
Su teoría era que esas espigas conducirían mejor la electricidad.
Divíšek observó que su invento funcionaba, gracias a su teoría de que el metal atraía la fuerza energética del rayo, haciendo que este pasase a través del palo hasta el suelo.
En Alemania, su invento fue muy conocido, haciéndose numerosos informes sobre el hecho ocurrido.