Los únicos bombarderos que se permitió que continuaran en producción después de la emisión del edicto eran todos propulsados por turborreactores, como el Arado Ar 234, y nuevos diseños como el Junkers Ju 287 y el Heinkel He 343 en los que se trabajó de forma irregular hasta los últimos meses de la guerra.
Dicho caza, conocido como Volksjäger (Caza del pueblo), se diseñó pensando en la reutilzación de los aparatos dañados en lugar de repararlos; estaba pensado para ser pilotado por pilotos, incluidos miembros de las Hitlerjugend, con un entrenamiento básico en planeadores.
A diferencia del Volksjäger y del Miniaturjagerprogramm, este programa tenía por objeto lograr un caza de rendimiento a gran altitud superior al bimotor Messerschmitt Me 262, que no tenía suficiente rendimiento para hacer frente a las amenazas de gran altitud como el bombardero pesado Boeing B-29 Superfortress.
Para cumplir con este requisito, el avión sería propulsado por un único turborreactor Heinkel HeS 011.
[5] Messerschmitt continuó desarrollando uno de sus diseños, el Messerschmitt P.1101, del que había un prototipo completado en un 80% al final de la guerra, capturado por los Aliados fue enviado a Estados Unidos y usado como base del avión experimental de geometría variable Bell X-5.