Proceso de los Távora

Los acontecimientos se desencadenaron por el intento de asesinato del rey José I en 1758, y culminaron con la ejecución pública de casi toda la familia Távora y sus parientes próximos en 1759.

Ese era entonces el centro de la vida política y social portuguesa.

José I estaba casado con Mariana Victoria de Borbón, infanta española, y tenía cuatro hijas.

A pesar de tener vida familiar (el rey adoraba a sus hijas, jugaba y paseaba con ellas a menudo) José I tenía, según los mentideros lisboetas, una pretendida amante, doña Teresa Leonor Távora, desposada con su sobrino Luis Bernardo, heredero de la casa de Távora.

Regresaba al campamento de Ajuda tras haber tenido una entrevista con su supuesta amante.

Por el camino la carroza fue interceptada por tres hombres a caballo que dispararon contra los ocupantes con pistolas.

Se confiscaron todas sus propiedades y se les expulsó del territorio portugués, en Europa y ultramar (la película La Misión narra la expulsión de una comunidad jesuita de la selva brasileña).

Por una parte, las malas relaciones entre la alta aristocracia y el rey José I están bien documentadas.

Culpables o no, la ejecución de los Távora fue un acontecimiento impactante para toda Europa.

Portugal fue pues uno de los primeros países del mundo que lo hizo, en 1852.

Tras una nueva investigación, esta vez imparcial, la memoria de la martirizada familia Távora fue rehabilitada por decreto real; esta disposición nunca se hizo pública.

Pombal fue condenado y solo por su avanzada edad quedó exento de castigos físicos.

Atentado a José I.