En 1886 la Corona británica trasladó la administración de la penitenciaría al gobierno australiano para que recluyera a prisioneros locales.
Como resultado se aplicaron múltiples reformas al sistema penal australiano, así como cambios en la estructura y funcionamiento de la prisión.
Entre 1888 y 1984 se llevó a cabo la ejecución mediante ahorcamiento de 40 prisioneros.
En la revuelta se generó un incendio que causó 1.8 millones de dólares australianos en daños.
[6] La prisión fue clausurada en 1991 y empezó a funcionar como un museo al año siguiente.