Las localidades más cercanas son Mazuela, Ciadoncha, Revenga y Arenillas de Muñó.
Presencio conserva un documento del rey Juan II de Castilla, otorgándole ciertas prebendas y gracias.
Por pertenecer a behetría esta villa no tiene escudos de nobles en sus edificios, ya que en las behetrías ningún noble podía ser vecino para que no llegara a ser terrateniente.
Hoy se sigue recordando al duque en una de las calles que lleva su nombre.
La Iglesia está servida por cinco curas beneficiados, un organista y un sacristán.
Desde entonces la curva poblacional es descendente y el futuro no se adivina más concurrido.
La vid fue abundante hasta hace escasas décadas para así cumplir el refrán de que “con pan y vino se anda el camino”.
La emigración iniciada en la década de los 60 sigue barriendo el personal hacia puntos más halagüeños y productivos.
El futuro se presenta aún más negro para el mañana si tenemos en cuenta que hoy no existe el número suficiente de niños para mantener abierta la Escuela de estudios primarios.
El pasado está cargado de historia, del que hablan hasta sus piedras.
Dicha Cofradía y todo el pueblo fiel celebra dos veces al año a esta venerada imagen.