Uno de los pasajes bíblicos relevantes es Juan 1:1-18 donde, en la interpretación trinitaria, Cristo se identifica con una hipóstasis divina preexistente (realidad sustantiva) llamada Logos (en griego koiné: Λόγος, lit. 'palabra').Esta doctrina se apoya en Juan 17:5 cuando Jesús se refiere a la gloria que tenía con el Padre «antes de que el mundo existiera» durante el Discurso de Despedida.Los Testigos de Jehová identifican el arcángel Miguel como Jesús apoyando el concepto preexistencial.[4] Es sobre todo en el unitarismo del siglo XVII, donde se encuentran desarrollados objeciones contra la doctrina de la preexistencia de Cristo.Socinianos, por ejemplo cristadelfianos, interpretan la reclamacións de Cristo como «Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo» como una referencia sólo a su concepción milagrosa, y al nacimiento virginal de Cristo.