En 1933, la Avenida Presidente Vargas la conectó con el Centro y generó la construcción de varios edificios en la zona.
Desde principios del siglo XX, la región sufre frecuentes inundaciones debido a las encostas que la rodean, como los morros de Río Comprido y Tijuca.
El desvío se dará por una gran galería, que pasará por bajo del barrio de Son Cristóvão.
A su vez Praça da Bandeira limita con Maracaná por el noroccidente y con Tijuca por el occidente.
A pocos pasos se encuentra Vila Mimosa, tradicional reducto del meretrício carioca.
La Calle del Matoso aún ocupa posición céntrica, pero hoy se caracteriza por sus ferreterías, que abren durante todo el sábado y en las mañanas de domingo.