estuvieron involucradas en la explotación de minas en la zona, enviando hierro a la siderurgia británica.
[3][2] A medida que avanzaba el siglo XIX, la competencia aumentó con la mejora de métodos para aprovechar el hierro rico en fósforo.
[1][2]Las aves acuáticas que la habitan se caracterizan por ser las mismas especies presentes en la bahía de Santander.
Parte de la zona se ha repoblado con otras especies, autóctonas a excepción del eucalipto.
La gestión incluye la custodia voluntaria del territorio y la plantación de vegetación para mejorar la biodiversidad.