Solo quedó en pie la portada del templo conventual, trazada por Jorge Manuel Theotocópuli hacia 1618.
El remate de este cuerpo inferior es un frontón curvo partido, con esbeltas pirámides como acróteras.
El ático, o cuerpo superior, es una hornacina para el santo titular, franqueada por pilastras toscanas, que sostiene un frontón triangular, con tres bolas de coronamiento.
Jorge Manuel introduce, en esta portada, significativas variantes y novedades, en relación con el tipo de portada-retablo impuesto en Toledo por Juan Bautista Monegro; en particular, respecto de la de San Clemente el Real de Toledo, si bien, ambas portadas, tienen dos columnas del orden jónico-dórico, en el cuerpo inferior, vienen a diferir en las contrapilastras, las cuales, en San Clemente, son toscanas y de escaso resalte lateral, mientras que en San Torcuato sobresalen lateralmente de modo amplio y llevan capiteles jónicos.
El frontón, partido en trozos, alcanza a las pilastras que enmarcan la hornacina superior; este enmarque superior está formado por verdaderas pilastras toscanas, también con marcadas contrapilastras, sobre las que vuela lateralmente; asimismo, en el cuerpo inferior, el correspondiente entablamento, consiguiéndose, de manera notoria, un escalonamiento hacia el muro de fondo.