Pornomiseria

[3]​ A pesar del éxito comercial y crítico del cine de pornomiseria «alabado en foros intelectuales como denuncia social artística», en Colombia surgió una corriente adversa, pues el Grupo de Cali, respaldados por un sector de la crítica, «señalaron que sus realizadores eran burgueses que sacaban beneficio y lustraban sus apellidos en marquesinas retratando, a través de estereotipos y tremendismo, una realidad que desconocían y les era totalmente ajena», según Khan.

[3]​ Ospina y Mayolo hicieron un cortometraje, Agarrando pueblo (1977), un falso documental que parodiaba el género a modo de crítica.

Según Irene Tello Arista «explota la miseria humana como herramienta narrativa».

[4]​ Raúl Camargo, director del Festival de Cine de Valdivia, en Chile, declaró que, para 2022 Latinoamérica es una región representada a través de «historias de gente que está en los márgenes», haciendo un llamado a luchar contra «cierta tendencia a la pornomiseria en el cine».

Según él, el público se ha «acostumbrado a un cine que se solaza con el castigo a los personajes marginales, un cine donde estos no tienen ninguna posibilidad de redención, ni siquiera posibilidades de amor.