Pero allí la humedad lo hizo enfermar de reumatismo y cinco años después se fue a vivir a Jerusalén, donde cada día visitaba el Santo Sepulcro, el Huerto de los Olivos, el Cenáculo y otros lugares relacionados con Jesús de Nazareth.
[2] Trasladado a Gaza, la primera labor del prelado fue evangelizar en medio de los paganos.
Los últimos años de su vida los pasó instruyendo a sus sacerdotes y visitando los pueblos predicando el Evangelio.
Es venerado como santo en las iglesias cristianas ortodoxas y católicas.
El Martirologio romano celebra su memoria el 26 de febrero,[1] mientras que en algunas iglesias ortodoxas se celebra el 10 u 11 de marzo (según si el año es bisiesto o no).