Tras la muerte del coral, su esqueleto contribuye a la generación de nuevos arrecifes en la naturaleza, debido a que la acción del CO2 convierte muy lentamente su esqueleto en bicarbonato cálcico, sustancia esta asimilable directamente por las colonias coralinas.
[1] Las especies aceptadas por el Registro Mundial de Especies Marinas son:[2] Este coral común es reconocible por las formaciones en forma de verruga que recubren la colonia, y que se denominan verrucae.
Su coloración varía según la especie y las condiciones ambientales de esta.
La gama de colores abarca el marrón, amarillo, verde, crema, púrpura o rosa.
Las colonias, a menudo son habitadas por cangrejos del género Trapezia, que viven en relación mutualista entre sus ramas.