[1] En el interior, se conocen sobre todo las casas situadas en el ángulo suroeste del poblado y las del área central, aunque diversos restos afloran en una gran extensión, aún pendiente de excavar.Actualmente, se pueden ver bien unos 90 metros y está construida mediante un doble paramento de piedras trabajadas y muy bien dispuestas, con un relleno de piedra pequeña en el interior.Por sus características técnicas avanzadas, que la hacen en parte independiente de los condicionamientos del relieve, la muralla de Montbarbat ha podido datarse a partir del siglo IV a. C. Según lo que de momento se conoce, las diversas casas se distribuyen en el interior del poblado siguiendo una cierta planificación urbanística.Las construcciones adosadas a la muralla, en la zona sur-oeste, se abren a dos calles de forma irregular y con pavimentos de tierra pisada, dispuestos perpendicularmente entre sí.Las viviendas de la zona central se articulan entre sí siguiendo otra disposición, y hay también un área abierta, seguramente destinada a actividades de tipo comunal.Las casas son de planta rectangular o trapezoidal, con superficies que rondan los 30 m².Ha sido todo este material arqueológico, en conjunto, lo que ha permitido datar el poblado ibérico de Montbarbat entre el siglo IV a. C. y principios del III a. C.[1] aunque no se descarta una ocupación anterior que podría remontarse a los siglos VII-V a. C. Piezas encontradas:[5]