En microbiología, el pleomorfismo (del griego πλέω- más y -μορφή formas) es la capacidad de algunos microorganismos para alterar su morfología, funciones biológicas o modos reproductivos en respuesta a las condiciones ambientales.
[3] La teoría monomórfica, apoyada por Louis Pasteur, Rudolf Virchow, Ferdinand Cohn y Robert Koch, surgió para convertirse en el paradigma dominante en la ciencia médica moderna: ahora se acepta casi universalmente que cada célula bacteriana se deriva de una célula previamente existente de prácticamente el mismo tamaño y la misma forma.
Una hipótesis denominada provolución pleomórfica, componente del paradigma ambimórfico de Stuart Grace, toma en consideración ambas teorías.
[cita requerida] Aunque recientemente se ha demostrado que ciertas bacterias son capaces de cambiar drásticamente su forma, la pleomorfía sigue siendo un concepto controvertido.
[11] Además, en un estudio centrado en agentes involucrados en una enfermedad no infecciosa, se descubrió que existen bacterias pleomórficas en la sangre de sujetos humanos sanos.