Por entonces estaba fortificada y tenía su acceso por la puerta de la plaza, así como por varios espolones abiertos.
Tenía forma triangular hasta que, tras su ampliación en 1902, durante el mandato del alcalde Luis Martínez de la Ossa, cambió a su aspecto rectangular actual.
La plaza estuvo presidida por una gran torre del reloj situada en el edificio de la Lonja.
[3] Al oeste de la plaza se accede al túnel de Villacerrada, que discurre bajo el histórico barrio céntrico homónimo hasta llegar a la calle Caba.
Los domingos por la mañana tiene lugar el rastro de Albacete, donde se venden monedas, sellos, libros y antigüedades.