Los discos duros modernos normalmente emplean uno o más platos, fijados en un mismo eje.
Esto significa que los dominios magnéticos no pueden crecer o encogerse para formar picos, por lo que el ancho de transición siempre tiene el tamaño del diámetro de los granos.
Sobre esta base se deposita una fina capa cobertora en ambas caras mediante un proceso de deposición al vacío conocido como Pulverización catódica.
Una máquina inyectora permitirá darle la forma circular para después dejarlo enfriar.
El siguiente paso es el cooler, o enfriador, donde reposan los discos ya formados durante 20 minutos que ya contienen el track o camino donde se podrá grabar la información.