Al día de hoy existe un renovado interés en usarlo para los discos duros, que están alcanzando rápidamente sus límites.
Se estima que, con la tecnología actual de discos duros con grabación longitudinal, se alcance un límite de entre 15,5 y 31 Gb/cm² (100 a 200 Gigabits por pulgada cuadrada) debido al efecto superparamagnético, aunque esta estimación está siendo continuamente revisada.
Si el tamaño cae por debajo de este mínimo, la región podría ser desmagnetizada en cualquier momento por esta energía térmica disponible.
Esto es posible gracias al hecho de que, en una disposición perpendicular, el flujo magnético es guiado a través de una capa magnética "más débil" y relativamente gruesa situada justo bajo la capa "más fuerte" (complicando considerablemente y aumentando el grosor total del disco).
Un medio de mayor coercitividad es más estable térmicamente, ya que dicha estabilidad es proporcional al producto del volumen del bit (o grano magnético) por la constante uniaxial anisótropa Ku, mayor para los materiales con alta coercitividad magnética.