Las matrículas automovilísticas de México son el registro que usan los vehículos automotores para su identificación y circulación legal en todo el territorio mexicano.
Para vehículos clasificados como camiones privados, les corresponden dos letras seguidas de cinco o cuatro números, según el estado del que se trate.
A partir del año 2004, muchos vehículos de los denominados "fronterizos" circulaban en territorio nacional sin haber sido previamente importados al país; a estos vehículos se le conoce como autos chocolates.
No obstante, se deben cumplir ciertas condiciones para hacer que un auto usado fronterizo pueda ser importado y "emplacado" en alguno de los estados del país.
El primer estado en introducir diseño propio fue Guanajuato, seguido posteriormente por Baja California y Aguascalientes.
Además para que los caracteres puedan ser troquelados se necesita una presión superior a las 60 toneladas.
Las empresas que fabrican placas vehiculares, deben ser autorizadas por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
El pedido y la asignación se realizan mediante una licitación pública, en la que un comité especial verifica que el concursante cumpla con cada una de las características técnicas dictadas por la Norma oficial mexicana NOM-001-SCT-2[1] y las necesidades del Estado solicitante.