Estas cadenas alquílicas presentan ramificaciones, que facilitan que, una vez ingerido, el anillo de pirrolizidina se descomponga en anillos pirroles de alta reactividad, dando lugar a la toxicidad.
De esta manera, los alcaloides, ingeridos en su forma terciaria, se transforman en metabolitos pirrólicos gracias a la enzima citocromo P450 monooxigenasa.
Mediante la prueba BASC, consistente en la alimentación durante 3 días, se estudió la mutagenicidad de estos AP en varias concentraciones diferentes.
La mutagenicidad se evaluó mediante la prueba SLRL (sex-linked recessive lethal), que detecta la frecuencia de aparición de mutaciones letales recesivas ligadas al sexo en la línea germinal del insecto.
Uno de esos compuestos son los alcaloides pirrolizidínicos, que son metabolitos secundarios que las plantas utilizan para protegerse de animales herbívoros, insectos y algunos microorganismos.
La OMS recomienda reducir la contaminación de alimentos por alcaloides pirrolizidínicos al menor nivel posible, así como monitorizar mieles que se producen en regiones donde se conoce que existe el riesgo de contaminación con alcaloides pirrolizidínicos.
1 Hierbas medicinales e infusiones: La intoxicación aguda por la presencia en estas de los alcaloides pirrolizidínicos deriva en la enfermedad venooclusiva hepática aguda (2mg/kg/día) y la intoxicación crónica se caracteriza por la aparición de cirrosis hepática (durante 6 meses 15 mg/kg/día).2