Se le atribuyen aproximadamente ciento cincuenta vasos cerámicos, que tuvieron una gran exportación a juzgar por las áreas de los hallazgos; pintó principalmente vasos pequeños, decorados con figuras rojas o con un fondo blanco.Aunque aproximadamente la mitad de su producción está relacionada con los Kílixes, en los que pinta temas convencionales relacionados con atletas, sátiros y ménades, muchas de sus mejores obras están pintadas en enócoes y lécitos.Presenta un estilo minucioso y virtuoso, atestado de figuras, que es adecuado para composiciones de tipo polignoteo; ver, por ejemplo, los lécitos y aríbalos conservados en Boston, cuya amazonomaquia parece remontarse a las tradiciones megalográficas.[1] El manierismo post-fidiaco destaca en el tratamiento de drapeados y rostros.Tanto los temas mitológicos como los tomados de lo cotidiano están frecuentemente conectados con el mundo femenino.