Pintor de Aqueloo

Heracles era un tema favorito, al igual que las escenas de banquetes.Sus asistentes a los banquetess eran retratados satíricamente: sobrepeso, envejecimiento, narices enormes y salientes, etc. Lo heroico se hace anti-heroico por medio de la parodia.[1]​ En esta representación cómica, al gritón y asustado dios del río, en forma de centauro con cuernos, un intranquilo Heracles que le tira de los cuernos le impide escapar.En esta escena y otras similares el héroe se rebaja con un monstruo cobarde y ridículo mientras la caricatura de la divinidad se desploma en un estado de aburrimiento.[3]​ En una escena no relacionada en el lado opuesto, un hoplita y un arquero se despiden de sus padres ancianos.