Se necesitan además pinturas y pinceles delgados, pues se van a pintar áreas pequeñas, además de una taza o cualquier recipiente para enjuagar el pincel (de preferencia tener dos: uno para las pinturas metálicas y otro para las normales).
[6] Elegir el color blanco o negro para la imprimación repercutirá en el resultado final del pintado: los colores aplicados sobre una imprimación blanca quedan más brillantes, mientras que los aplicados sobre una imprimación negra quedan más oscuros; una u otra elección dependerá del tipo de miniatura y del efecto final que queramos conseguir.
Aunque puede imprimarse una miniatura con una pintura blanca o negra corriente, actualmente se venden pinturas de imprimación especialmente diseñadas para este fin y que proporcionan una base perfecta sobre la cual empezar a trabajar.
Aplicarla es bastante sencillo, pero su correcto uso requiere de práctica, y mucha práctica (tal vez un mes o dos), así que no te decepciones si no te queda bien las primeras veces.
Esta es una técnica eficiente pero muy sucia y plantea algún que otro problema como es que la pintura se granule, para solucionar esto es conveniente pasar un pincel limpio y húmedo por encima de la zona afectada por la técnica para así quitar estas pequeñas imperfecciones.
Para empezar, aplica una capa base del color que hayas elegido.Cuando esté seca, pinta con una pintura muy diluida esa superficie de la miniatura.
Si es necesario, aplicaremos una segunda capa de barniz antes que una única más espesa.